miércoles, 13 de julio de 2016

El Gran Genio del Mal

   Tras horas de fatigosa rutina, el Gran Genio del mal llega al fin a su hogar y se deja poner al corriente sobre los asuntos domésticos del día, al conversar durante varios minutos con los miembros de su familia. Una estratagema que le suele granjear unas cuantas horas de soledad frente a su ordenador personal. 
   Ya frente a la pantalla advierte que ha descendido dos posiciones en el ranking de los genios más malignos de habla hispana; por lo que maldice una y otra vez entre dientes y comienza a maquinar un nuevo plan de acción, que consiste en atacar furtivamente a aquellos genios de última generación que han logrado superarle. 
   Su primer objetivo es Pocojuntas83, una joven muchacha que al parecer se centra en contar historias autobiográficas de gran calado entre la mayoría de los usuarios; por lo que el Gran Genio del mal cierra la sesión de su cuenta habitual y abre la sesión de su cuenta para casos de emergencia. 
   No tarda en entrar en el ultimo post de Pocojuntas83 y le endilga sin compasión una valoración de una estrella sin apenas ojear el relato. No tiene excusa para ejecutar tal castigo, por lo que no se molesta en dejar ningún comentario. 
   La segunda víctima es As de Picas, un usuario que el Gran Genio del mal no tarda en catalogar como un “pelotas” sin talento alguno. 
   Nada más entrar en su último post puede advertir que se trata de un pequeño relato plagado de onomatopeyas flanqueadas por exclamaciones y puntos suspensivos. Un relato fácil de batir, pero que muy pocos pondrían en tela de juicio al ser la creación de un autor con cierto carisma; por lo que el gran genio del mal lo castiga con una estrella de esquinas hirientes y un comentario aún más afilado. 
   Pocojuntas83 no tarda en mostrar su indignación, pues ya ha preguntado al resto de usuarios el motivo por el cual la gente actúa de una forma tan ruin y despreciable; por lo que el Gran Genio del mal cierra sin titubear la sesión e ingresa de nuevo con su cuenta habitual para responderle de manera sincera: Porque es más fácil destruir que crear.